RESERVA TU CITA ON-LINE O POR TELÉFONO 943 272 146
La montorización cardíaca remota ha resurgido con mucha fuerza en los últimos años. Sus inicios se remontan a 1949 con Norman Holter que registraba la actividad eléctrica de de sus pacientes en forma ambulatoria, con un dispositivo que debían llevar en una mochila y que pesaba la friolera cifra de 35 kg. Los dispositivos utilizados para monitorización cardíaca denominados habitualmente «Holter» en honor a este científico, han evolucionando mucho hasta los modernos sistemas de hoy.
Los profesionales que nos dedicamos a la cardiología contamos con muchas herramientas de calidad garantizada para detectar alteraciones eléctricas en nuestros enfermos. Hoy los pacientes pueden ser monitoreados con diminutos dispositivos que pueden integrase a sus prendas de vestir, a bandas polares, a relojes inteligentes, APPs móviles, e incluso en pequeños chips dentro del cuerpo para aquellos con riesgo; que permiten monitorización de larga duración y sin la necesidad acudir a instituciones sanitarias en forma presencial. El diagnóstico está garantizado dado que dichos sistemas pueden registrar y enviar la información a centros estaciones remotas donde profesionales expertos o sistemas inteligentes realizan la interpretación adecuada.
La motivación para el desarrollo vertiginoso estos sistemas radica esencialmente en la necesidad de diagnosticar arritmias cardíacas letales o potencialmente peligrosas, que aparecen en forma esporádica o paróxisticas en algunas personas y que no son fácilmente detectadas en las pruebas habituales en el gabinete médico con el electrocardiograma convencional o con monitoreo de corta duración.
La monitorización no solo es útil para los pacientes con sintomatología cardíaca en los que es necesario prolongar el tiempo de registro electrocardiográfico, sino también para valorar preventivamente el estado de salud de personas con apariencia sana y hábitos saludables que se someten a esfuerzos físicos intensos y sobrecarga cardiovascular. En ellos es importante detectar signos premonitorios de muerte súbita y hacerlo cómodamente en el entorno propio de su entrenamiento y en las condiciones en que habitualmente lo realizan.
Con algunas diferencias entre los sistemas disponibles en cuanto a calidad, diseño, comodidad, etc, al menos los que cuentan con marcado CE comercializados en Europa, han sido sometidos a una estricta revisión antes de ser aprobados para uso médico.
En resumen, la motorización cardíaca remota es una herramienta de extraordinaria calidad al alcance de los profesionales médicos y una oportunidad para que las personas que hacen habitualmente deporte de alta intensidad, puedan utilizarla para prevenir la muerte súbita originada por arritmias cardíacas ligadas al deporte.