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– Bebe 500 ml de agua de 1 a 2 horas antes de hacer ejercicio.
– Vuelve a beber la misma cantidad de agua fría o una bebida deportiva 15 minutos antes de hacer deporte.
– Consume alrededor de 150 ml de agua fría cada 10 minutos durante su práctica.
– Ingiere medio litro de líquidos justo después de la actividad.
– No hay ninguna diferencia entre las bebidas deportivas y el agua fresca para mantenerse hidratado.
– Las primeras, sin embargo, facilitan la reposición de la sal y los minerales perdidos a través del sudor.
– Usa ropa holgada que permita la circulación del aire.
– Evita la exposición directa a los rayos solares, con una gorra o sombrero, gafas y crema protectora.
– No bebas zumos o refrescos durante el ejercicio, debido a que ambos contienen más de un 10 % de carbohidratos (azúcar) y no se absorben bien en plena actividad física. Las bebidas deportivas, por su parte, contienen menos del 8 % de carbohidratos, pero recuerda que su abuso puede conducir a un exceso de calorías.
– Durante los periodos calurosos (más de 30 ºC) acompañados de humedad (más de 50 %), es mejor hacer ejercicio en el interior, en zonas frescas o ir a nadar.
– Tómate tu tiempo para adaptarte. El cuerpo necesita entre 7 y 14 días para habituarse al calor, por lo que, pasado ese tiempo, poco a poco, podrá ir aumentando el tiempo de entrenamiento.
Durante el verano practica deporte, ¡pero de forma segura!
Dr. Alberto Azzollini
Médico Especialista en Medicina del Deporte