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“Para Navidad queremos un coche que se aparque cuando las condiciones para conducir no sean favorables y que sepa detenerse en los lugares felices de la vida”
Al salir de viaje, normalmente hacemos la revisión del coche para que todo esté a punto para el trayecto pero habitualmente olvidamos revisar también nuestro estado de ánimo. Conducir es una tarea que que produce distintas emociones, por tanto, sería bueno hacernos un chequeo mental antes de conducir y así sanear los riesgos que los sentimientos negativos nos pueden acarrear.
No está de más preguntarnos cómo nos encontramos física y mentalmente. No debemos que lo que más afecta a la conducción es nuestro estado de salud y estar emocionalmente bien es un factor a tener en cuenta.
Vamos a hablar entonces de la importantica salud emocional al volante.
Desde Centro Médico San Martín afirmamos que el “estar emocionalmente bien es una de las cosas más importantes para nuestra salud porque de las emociones depende todo”. La “emoción” es la que toma las decisiones. Nuestras “acciones del día a día”, son consecuencia de “las emociones que sentimos”.
Nuestros especialistas afirman que, en general, la sociedad valora “muy poco” sus emociones aunque “las tienen muy presentes en su vida diaria”, como no puede ser de otra manera, no las suelen “expresar ni manifestar”.
Nuestro consejo es pararse y pensar: “¿Qué me pasa? ¿Qué estoy sintiendo? ¿Qué tengo que hacer para mejorar esta situación? ¿Necesito ayuda?”
“Estas cuestiones nos ayudan a mirar hacia adentro, estamos acostumbrados a mirar sólo hacia afuera”.
¿Qué pasa con la conducción?
Conducir es una actividad que despierta muchas emociones habitualmente positivas. Conducir un vehículo, hace que nos sintamos satisfechos y capaces, nos divierte, e incluso alimenta nuestro ego.
“Hay personas que se relajan conduciendo, les calma las emociones negativas”. Pero ¡cuidado! Esta sensación “es un arma de doble filo” porque puede convertirse en un situación que puede ser utilizada para desahogarnos.
Y es que con la conducción “expresamos nuestro estado de ánimo”. Esto puede hacer salir “los impulsos sin control, tomar una actitud agresiva e incluso insultar” por la confianza que nos genera el estar al volante.
El no revisar nuestras emociones nos lleva a correr riesgos
Cuando estamos emocionalmente inestables puede acarrearnos consecuencias y correr más riesgos en la carretera como por ejemplo:
“Si nos encontramos preocupados, especialmente nerviosos, disgustados, cansados o incluso muy estresados, no tenemos que coger el coche”. La recomendación sería que lo coja otra persona o esperar a sentirnos un poco mejor para cogerlo.
Encontrar la manera de aparcar los sentimientos negativos
Y se pueden hacer muchas cosas:
Cada persona sabe lo que le ayuda o le sienta bien. Es importante encontrar la manera de relajarse y sentirse emocionalmente bien antes de conducir durante un largo viaje.
¿Qué emociones debemos detectar?
Debemos tomar conciencia de lo que llevamos dentro del vehículo y es importante generar ese respeto que se merece la conducción. Enviarnos a nosotros mismos mensajes como: “quiero mucho a mi familia y la protejo”, “estaré atento porque dentro de mi coche llevo lo más valioso que hay en mi vida”, hace que seamos más responsables en la conducción.
Lo que debemos potenciar
“Nunca deberíamos arrancar un coche, si nuestra mente no está totalmente centrada”
Qué recomendamos
Ponerse al mando de un coche requiere de nuestros cinco sentidos y no debes olvidar que lo importante es ¡Volver a casa por Navidad a reunirte con los tuyos!
Conduce con serenidad donde el corazón te lleve…allí estará tu hogar.