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Las nuevas tecnologías han abierto paso a nuevas formas de comunicación en la mayoría de las actividades sociales, culturales, económicas y educativas. Son muchas las ventajas que ofrecen los nuevos dispositivos y aplicaciones; sin embargo, el uso inadecuado de los mismos conlleva la aparición de una serie de riesgos y problemas. Nos centraremos, sobre todo, en los teléfonos móviles ya que junto con sus nuevas posibilidades se han convertido en elemento inseparable de la mayoría de las personas.
Uno de los problemas más extendidos por el uso inadecuado del móvil es la adicción, la cual ya se denomina como nomofobia y padece quien siente la necesidad constante de consultar el móvil y miedo a estar sin él. Se manifiesta en síntomas de ansiedad, malestar general e inquietud. La dependencia del móvil es especialmente preocupante entre los jóvenes. En muchas ocasiones apreciamos escenas de grupos de amigos en los que cada uno pendiente a su móvil no disfruta de la compañía en la que se encuentra.
Otro de los problemas que se está generando entorno a las nuevas aplicaciones de la mensajería instantánea es su uso irracional que causa conflictos en la comunicación e incluso la destrucción de las relaciones. Esta forma de enviar mensajes si se utiliza de forma racional es rápida y efectiva para intercambiar avisos, mensajes cortos, fotos o videos. No obstante, el uso irracional del mismo profundizando en conversaciones entre parejas o amigos y utilizando como herramienta de control crea confusiones y malentendidos. Este hecho refleja la importancia del contacto personal y visual al relacionarnos, así como la forma de expresión a la hora de emitir un mensaje (voz, tono, volumen, gestos faciales etc).
A pesar de que los riesgos expuestos pueden afectar en el funcionamiento positivo de la vida de las personas, la clave del uso responsable y positivo de las nuevas tecnologías, en general, está en la educación, lo cual no consiste en la prohibición sino en formación de la utilidad positiva y concienciación de los riesgos existentes.
En cuanto a la prevención en la adolescencia podemos actuar teniendo en cuenta los siguientes puntos: