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"EL MITO DEL VASO DE VINO A DIARIO"

A lo largo de las eras, el vino ha sido un símbolo de diversión, celebración y camaradería. Compañía en las noches oscuras, expresión de alegría en las festividades, el caldo vinícola ha encantado a generaciones con su promesa de alivio y desinhibición Enmarcado en esta cultura del vino, ha emergido el mito del «vaso de vino al día».

Durante décadas, hemos escuchado el consejo de que un vaso de vino al día es bueno para la salud. Este mito ha persistido, y muchas personas han abrazado la idea de que el consumo moderado de vino tinto puede ser beneficioso, extendiéndose y perdurando como un antiguo cuento. Sin embargo, como en cualquier relato, la verdad detrás de este consejo es más compleja y matizada de lo que parece. Es importante separar la realidad de la ficción y comprender los riesgos potenciales que subyacen detrás de esta afirmación popular.


El origen del mito:

Este mito se arraiga en estudios que resaltan los antioxidantes, particularmente el resveratrol, encontrados en el vino tinto. Se ha insinuado que el consumo moderado de vino podría ser un bálsamo para el corazón y una receta para la longevidad.
Los medios de comunicación y la industria del vino promovieron estos hallazgos de manera amplia, contribuyendo a la popularización del mito.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que a pesar de estos hallazgos, la relación entre el consumo de alcohol, incluido el vino, y la salud es compleja y está sujeta a diversos factores. Además, la ciencia ha evolucionado, y estudios más recientes han arrojado dudas sobre los beneficios del consumo de alcohol, incluso en cantidades moderadas.

Datos y evidencia:

Numerosos estudios científicos han cuestionado la noción de que un vaso de vino al día es beneficioso para la salud. Por ejemplo, un metaanálisis publicado en la revista JAMA Internal Medicine en 2016 encontró que el alcohol, incluso en cantidades moderadas, se asociaba con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares. Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado que no existe un nivel seguro de consumo de alcohol y que el alcohol es una causa probada de cáncer.


Las sombras detrás de la botella:

El consumo de alcohol puede llevar a enfermedades hepáticas, aumentar la presión arterial y aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, así como aumentar el riesgo de desarrollar varios tipos de cáncer, incluyendo el cáncer de boca, garganta, esófago, hígado y mama. También afecta al cerebro, pudiendo causar daños que generen problemas de memoria, dificultades para concentrarse y cambios en la función cognitiva. A menudo visto como una bebida sofisticada, el vino aporta calorías vacías. Esto significa que no solo carece de nutrientes esenciales, sino que también contribuye al aumento de peso y aumenta los riesgos para la salud asociados con la obesidad. Por último, cabe destacar que por mucho que se apueste por la moderación, cuando se trata con el alcohol las puertas de la adicción siempre están abiertas. Incluso un vaso diario puede convertirse en una senda hacia la dependencia, donde la salud y las relaciones sociales naufragan.

Senderos alternativos hacia la salud:

En lugar de confiar en el vino como la fuente de antioxidantes, sería buena idea llenar el plato con frutas, verduras, nueces y otros alimentos ricos en nutrientes. Estos tesoros naturales son mucho más generosos con nuestro cuerpo, ya que su contribución a la salud no trae consigo los efectos adversos arriba expuestos. El ejercicio regular es esencial para mantener la salud cardiovascular. La actividad física puede reducir el riesgo de enfermedades cardíacas de manera más efectiva que el vino. Con estas dos claves podremos mantener un peso saludable, reduciendo notablemente el riesgo de enfermedades crónicas. Este equilibrio se alcanza a través de una dieta equilibrada y una vida activa.

Conclusiones:

La historia del vino, aunque fascinante, no debe nublar nuestra percepción de los hechos. Si bien el vaso de vino al día puede parecernos una idea atractiva con su un encanto superficial, debemos recordar que el alcohol puede tener efectos profundos y adversos en la vida y la salud. Para tener una vida plena y saludable debemos tomar decisiones informadas, basadas en una comprensión completa de los datos y la evidencia disponible.



«La bebida nunca hizo mejor a nadie, pero hizo que muchos se creyesen mejores de lo que eran.» F Peter Finley Dunne.