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SÍNDROME DE BURNOUT

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El síndrome de Burnout descrito en 1974 por el psiquiatra Herbert Freudenberger hace referencia a una situación de estrés continuado en el ámbito laboral. Se trata de un proceso paulatino por el cual las personas van perdiendo interés y el sentido de la responsabilidad en el trabajo. Este síndrome va mucho más allá de un estrés laboral y conlleva a una disminución de la capacidad de afrontamiento, desmotivación laboral y también social; pueden hasta llegar a profundas depresiones que llevan a la muerte.

El intenso agotamiento es físico y psíquico y la persona se siente quemada, agotada, sobrecargada, exhausta. No es estrés común, sino laboral y crónico, que tras estar durante días, semanas o incluso años  afectado por el estrés, termina en una situación de depresión.

Este síndrome es más frecuente en personas autoexigentes y perfeccionistas con dificultades para delegar, concentradas en su rendimiento y superación profesional, dejando de lado sus necesidades personales. Se presenta con más frecuencia en mujeres, personas sin pareja o con poco apoyo familiar. En muchas ocasiones aparece en profesionales relacionados con  la medicina.

Aparece cuando se desarrolla una incapacidad de encontrar sentido a la vida fuera del trabajo y los síntomas que se presentan son las siguientes:

AGOTAMIENTO EMOCIONAL: es el síntoma principal de este síndrome y se presenta con una sensación de falta de energía para llevar a cabo cualquier acción. Se desarrolla así una sensación de desesperanza, una actitud impersonal y una deshumanización de las relaciones sociales, mostrándose distanciado, a veces cínico y usando etiquetas despectivas o bien en ocasiones tratando de hacer culpables a los demás de sus propias frustraciones y disminuyendo su compromiso laboral. De esta forma el afectado intenta aliviar sus tensiones y trata de adaptarse a la situación.

DESPERSONALIZACIÓN: hay un desapego con el trabajo y  falta de iniciativa laboral, con ausentismos y desganos. La persona afectada se muestra con actitudes de aislamiento acompañados de un tono pesimista y negativo, que adopta para protegerse del agotamiento. Esta despersonalización no sólo afecta a las personas que lo padecen, sino a los que les rodean.

FALTA DE REALIZACIÓN PERSONAL: hay una sensación de baja autoeficacia, de insatisfacción de los logros profesionales y sensación de impotencia.

Algunas de las señales que pueden orientarnos a su diagnóstico son la fatiga, fluctuaciones del estado de ánimo, decepción, aislamiento, apatía y pérdida de interés, perturbaciones del sueño, irritabilidad, dolores frecuentes de cabeza y espalda, desórdenes digestivos, disminución del deseo sexual y estrés.

Si el estrés es muy duradero puede afectar significativamente en la salud física contribuyendo a la hipertensión, problemas cardíacos y cuadros depresivos.

Toda esta sintomatología viene acompañada con emociones de ansiedad, tristeza e ira, y en ocasiones, de trastornos del comportamiento como adicciones.

En cuanto a las causas del síndrome Burnout es resultado de una interacción entre las características personales del profesional y los factores situacionales o ambientales de la empresa. Por tanto, cuanto mayor desajuste haya entre el trabajador y la empresa mayor es la probabilidad de padecer este síndrome. Es importante la capacidad de afrontamiento de la persona, la resistencia y la resiliencia ante situaciones adversas y difíciles. También influyen la motivación, compromiso y competencia para las funciones del puesto de trabajo.

El perfil psicológico de las personas que sufren Burnout frecuentemente reúnen las siguientes características:

-Mantienen el idealismo y optimismo en sus puestos de trabajo y se entregan en exceso al trabajo.

-Les parece muy importante mantener relaciones positivas con los compañeros de trabajo.

-Tienen baja autoestima y piensan que no tienen control sobre lo que les ocurre en sus vidas.

-Baja tolerancia al fracaso y son muy sensibles a la crítica.

-Labilidad emocional (responden emocionalmente de forma desporporcionada).

A parte de la personalidad del trabajador también influyen factores del ambiente organizacional de la empresa en la aparición del Burnout, entre ellos la sobrecarga del trabajo, no permitir el control de su trabajo, falta de refuerzos y confianza hacia el empleado, falta de imparcialidad e injusticias  ante los trabajadores, los conflictos de rol (cuando se piden dos tareas incompatibles), ambigüedad de rol o incompatibilidad entre el rol y la ética moral.

 

 

PREVENCIÓN

 

El Burnout puede prevenirse tomando medidas antes de su aparición tanto en la empresa como a nivel personal.

El primer filtro de prevención debe situarse en la organización actuando sobre el ambiente laboral, mediante observación y análisis de recursos la empresa debe identificar y reducir el estrés.

A nivel individual es importante adoptar un estilo asertivo en el equipo para evitar malentendidos o deterioro de las relaciones laborales. Asimismo es importante que el trabajador no se comprometa a realizar funciones sobre las que realmente no se siente capacitado o si considera que no es su trabajo hacerlo. Es bueno mantener metas y expectativas laborales de tal manera que ayuden a crecer pero ajustándose a la realidad evitando caer en continuas frustraciones.

 

 

TRATAMIENTO

 

Si se sospecha de la posibilidad de estar sufriendo Burnout es importante revisar qué es lo que ocurre en el funcionamiento organizacional o en su forma de trabajar e identificar los elementos estresores. En cuanto a nivel organizacional muchas veces es difícil actuar pero la forma de trabajar y la actitud que se adopta dependen de uno mismo. No obstante, en ocasiones el estrés puede llegar a ser incapacitante y se necesita tratamiento psicológico.

El tratamiento psicológico ayuda a recuperar la percepción de control, aumentar la autoeficacia y mejorar la autoestima.

Desde la orientación cognitivo conductual se trabajan técnicas de afrontamiento del estrés, reestructuración cognitiva  para la mejora del estilo de pensamiento y modificar conductas  para recuperar el bienestar físico, psicológico y emocional.

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