Hablar en público para muchos supone una situación muy estresante, es una fobia muy común que puede aparecer en situaciones diferentes que se pueden dar ante un grupo de personas.
Cierto nerviosismo cuando se habla delante de un público es totalmente normal, e incluso puede ayudar a la persona a estar preparada y a afrontar la situación con éxito. No obstante, cuando el grado de ansiedad que se experimenta es intenso puede llegar a bloquear las capacidades de actuación y a producir síntomas como temblor, sudoración de manos, aumento de frecuencia cardiaca, dificultad para respirar, tensión muscular, pérdida de concentración, molestias gástricas etc. Además, es frecuente que esta ansiedad se generalice a otros ámbitos de la vida y que se adopten conductas de evitación y escape a diferentes reuniones grupales por miedo a experimentar esas sensaciones. Asimismo, muchas personas experimentan otros miedos y temores como ser evaluados negativamente por los demás, a no ser escuchados y valorados, o a la vergüenza que se pueda pasar frente a un posible fracaso.
Lo cierto es que cada día existen profesionales mejor cualificados y formados en diferentes competencias, pero son muchos los que sufren este pánico escénico.
Lo fundamental es que la conducta de hablar en público no se hereda ni se recibe genéticamente, sino que se puede aprender y mejorar. Pautas para disminuir la ansiedad, preparar la intervención de forma adecuada y detectar posibles pensamientos negativos que aumentan el miedo entre otras ayudan a mejorar las estrategias a la hora de hablar en público.
En primer lugar, para mejorar la conducta de hablar en público y hacer frente a los miedos y nervios que bloquean es necesario querer, es decir, fortalecer la voluntad de desarrollar habilidades y ponerlas en práctica. Esto supone afrontar las situaciones grupales o reuniones que se presenten en vez de evitarlos.
Cuando se trata de hablar delante de un público es importante preparar el tema a fondo y organizar la intervención utilizando un esquema del discurso, teniendo en cuenta siempre cuáles son los objetivos de nuestra exposición (persuadir, convencer, entretener, enseñar, decidir, corregir, motivar etc. ).
Cabe señalar que en el momento de hablar en público cada uno de nosotros mantenemos un dialogo interno diferente y nos decimos una serie de cosas que pueden ser positivas o negativas. Este diálogo interno es una de las claves que hace que la angustia y el miedo aumente o disminuya. Tenemos que modificar pensamientos negativos como “no podre, no lograré…” y mantener un diálogo interno positivo “yo puedo, soy capaz, lo lograré…”.
- Uno de los métodos para cambiar este tipo diálogos internos a nivel de pensamiento es utilizar las visualizaciones que consisten en proyecciones mentales de lo que queremos conseguir, en este caso, el propósito es dominar la conducta de hablar en público, mostrando seguridad y competencia. Para ello uno puede imaginarse varias veces de forma positiva posibles escenas de la próxima intervención, motivado e ilusionado exponiendo las ideas más importantes y originales e imaginando al público emitiendo una respuesta positiva, mostrando interés y valorando positivamente la exposición.
- Durante el discurso una estrategia que resulta útil es buscar los ojos de una o varias personas que te generan confianza y tranquilidad. Se pueden utilizar como puntos de referencia en los que apoyarse cuando se necesita cierta aprobación o seguridad.
- Si se trata de una conferencia o exposición es fundamental tener claro el esquema y contenido de la intervención, pero no es recomendable aprenderlo al pie de la letra memorizando cada palabra ya que cualquier lapsus o pequeño olvido puede provocar un bloqueo e incrementar la ansiedad.
- Tal y como hemos mencionado antes para avanzar es necesario no evitar las situaciones de hablar en público, sino afrontarlas. Si se dan largas esperando a que llegue otra mejor ocasión, los miedos se van acumulando y la ansiedad va creciendo todavía más. La confianza se va adquiriendo con la práctica y es preciso ensayar en otros ámbitos más cotidianos como solicitar algo en una tienda, preguntar en la calle a alguien alguna duda que va surgiendo, aumentar la participación en reuniones grupales etc. estos pequeños momentos son útiles para ir dejando de lado los temores e ir aumentando la autoconfianza. Incluso puedes tomar la iniciativa más a menudo y aprovechar la mayoría de las ocasiones posibles para ir practicando. Para mejorar en habilidades tienes que salir de la “zona de confort”.
- Las técnicas de relajación siempre son de gran ayuda y merece la pena parase durante un instante y ponerlas en práctica. Se pueden realizar respiraciones abdominales profundas, llenando los pulmones totalmente y después expulsar poco a poco. La relajación progresiva de Jacobson también ayuda disminuir el estrés y a relajarnos. Se puede realizar un pequeño ejercicio de relajación antes de salir a dar nuestro discurso.
- Es lógico tener incertidumbre de cuántos y quiénes estarán en el público, cuanta más información tengamos de las personas que van a asistir, mejor preparados iremos sabiendo a quién va dirigido.
- Es conveniente tener un guión esquemático de la presentación que se va a realizar para tener en todo momento los puntos de referencia. En este repertorio se pueden incluir ejemplos o anécdotas que resultan útiles en caso de que nos perdamos para ganar tiempo mientras nos reorientamos.
- Practicar las intervenciones con alguien conocido antes de la exposición es útil para ir perfeccionando el discurso, así como analizar la sala de exposición y familiarizarnos con el espacio.
- Si tienes la oportunidad de hablar con alguien del público antes de comenzar con el discurso te ayudará a tranquilizar. Asimismo, antes de comenzar presentarte a ti mismo y el tema a tratar te dará soltura y espontaneidad.
- Hablar con entusiasmo aumenta las probabilidades de éxito. Sonreír, mostrar énfasis, gesticular… mantener una actitud positiva mejorará el rendimiento.
- Tener nervios es normal y lógico ya que se trata de enfrentarnos a una situación desconocida, pero ¡acéptelo y disfrute con su presentación!
“Para descubrir cómo se nada en el Mar, hay que salir de la pecera”.