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EL DUELO EN NIÑOS

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“El niño que vive con la verdad,

es capaz de afrontar la vida”

(A. Pangrazzi)

 

Los adultos tendemos a pensar de manera errónea que los niños son emocionalmente frágiles. Todos deseamos proteger a nuestros hijos de experiencias dolorosas. Nuestros propios miedos nos llevan a creer que hablar de la muerte con ellos les va a perjudicar. Sin embargo, los niños se encontrarán con la muerte antes o después.

Hablar de la muerte y del dolor que conlleva eso es un paso esencial para convertirse en un adulto sano.

Por eso, cuando ayudamos a los pequeños a tratar el dolor que produce la muerte de un ser querido, les estamos dotando de capacidades importantes, que les servirán para el resto de sus vidas.

La mayoría de los niños y niñas superan el duelo sin grandes complicaciones, elaborando la pérdida de manera adecuada. La edad, las experiencias vitales, las actitudes y valores familiares, las creencias religiosas y las variables socioculturales  don algunos de los factores que juegan un papel importante en el duelo infantil.

Para que los niños comprendan que la muerte es universal (le pasa a todo el mundo), irreversible (imposible de modificar) y permanente (para siempre) han de entender conceptos tales como el tiempo (pasado-presente-futuro) y el funcionamiento del organismo vivo. Por eso es importante tener en cuenta la edad del niño0, su nivel de madurez y la capacidad de comprensión.

 

 

Como regla general te sugerimos que…

 

 

LAS EDADES DE LOS NIÑOS Y EL DUELO

 

 

0-10 meses

 

 

Aún no reconocen lo que es la muerte, la viven como separación. La pérdida, sobre toso si es de la madre, provoca un cambio repentino. Los bebés pueden sentirse inquietos al intuir esta ausencia materna y descubrir nuevos rostros y voces a su alrededor. Reaccionan angustiándose al faltarles la persona más importante de su vida. Captan el dolor de quienes les rodean (ausencia de periodos de juego, de rostros sonrientes…) que pueden acarrearles cambios en los hábitos alimenticios, en el sueño, lloro continuo y sin motivo aparente, mal humor… Si el fallecido es otro familiar, percibirán el dolor a través del que la madre siente.

 

 

Te sugerimos:

 

 

 

10 meses-2 años

 

No comprenden la muerte. Expresan distintas emociones, reconocen a los adultos y sus estados de ánimo. Les tranquiliza oír voces conocidas. Pueden regresar a conductas anteriores como chuparse el dedo. Van tomando conciencia de que ha ocurrido algo significativo en su mundo y pueden reaccionar con irritabilidad así como sufrir cambios físicos (pérdida de peso, desvelo, falta de actividad…).

 

Te sugerimos:

 

 

De 2 a 5 años

 

En este periodo, conocen lo que es la mañana y la noche. Comienzan a diferenciar ayer, hoy y mañana, pero no entienden que la muerte es irreversible, permanente y definitiva. La conciben como algo temporal, como el dormir o el marcharse. A esta edad creen que todo está vivo: las nubes, los coches, las muñecas… También creen que algunas personas o cosas tienen poder sobre otras. De ahí que la muerte se pueda vivir como un castigo por malos pensamientos o conductas. Los niños pueden sentirse responsables de la muerte de alguien. Es falso pensar que a estas edades son demasiado pequeños para comprender.

 

Te sugerimos:

 

 

5 a 9 años

 

A esta edad puede haber muchas diferencias en el desarrollo de un concepto maduro de la muerte. Es una edad muy vulnerable. Comprenden mejor la muerte, pero les faltan habilidades personales y sociales para afrontarla. Hacen muchas preguntas como “¿qué pasa cuando uno muere?” A veces, actúan como si nada hubiese ocurrido. Pueden sentirse culpables por considerar que han podido causar esa muerte, por algún mal comportamiento o pensamiento.

 

Te sugerimos:

 

 

 

De 9 a 12 años

 

Adquieren un conocimiento maduro de lo que es la muerte como fenómeno universal, irreversible y permanente. Pueden entender cómo ocurrió la muerte y sus repercusiones en ellos y en su familia.

Algunos pueden negar que la muerte haya cambiado sus vidas e insistir en que no sientan nada o no les importa y mostrar luego una cólera inusitada o conductas violentas. Éstas pueden estar relacionadas con la pérdida y ser expresión de una profunda tristeza.

 

Te sugerimos:

 

 

 

Adolescentes

 

En general la muerte representa lo más opuesto a todo aquello que es importante en este momento de sus vidas. La comprensión de la muerte es comparable a la del adulto, pero el adolescente puede creer que ignorar sus emociones es la mejor forma de capear el temporal. El sentimiento de culpa adquiere una nueva dimensión, ya que se une a las normales disputas por temas relacionados con la independencia, la privacidad, los derechos etc.

 

Te sugerimos:

 

 

 

… y recuerda

 

 

Aprovecha estas circunstancias de dolor y muerte para que el niño aprenda a vivir.

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